El
sendero del bosque no era muy amplio; había un barranco a la izquierda, y un
árbol de raíz gruesa que estaba ubicada en la pendiente, haciendo difícil ver
más allá del matorral.
En
tal camino, un carruaje negro y grande de cuatro caballos estaba avanzando a un
paso apresurado.
El
carruaje tenía un diseño bastante frugal, pero los ojos de un artesano hubieran
sido capaces de ver los detalles más finos del carruaje y juzgarlo como
pertenencia de un noble.
Caballeros
a caballo rodeaban el carruaje negro y grande mientras viajaban junto a él. En
combinación de soldados siguiendo por atrás, había un total de cincuenta
personas protegiendo el carruaje.
Cada
uno de ellos estaba usando un juego de equipos similares y habilidosamente
avanzaban sin ningún movimiento desperdiciado.
Paralelo
al carruaje estaba un caballo más excelente que el resto, y el conductor estaba
adornado en un juego de armadura prominente.
El
joven hombre, quien tenía el cabello pulcramente peinado hacia atrás y una
mandíbula cuadrada, estaba cuidadosamente supervisando el área alrededor.
Este
hombre era un miembro de una de las siete familias ducales de Rhoden, el
legítimo heredero de la familia Frivetran, Lendl Do Frivetran. Y él era
actualmente el comandante de los guardias del carruaje negro.
Considerando
al noble conduciendo el carruaje, incluso tal cantidad de guardias podría ser
considerado muy poco. Sin embargo, si sus números fuesen un poco más grandes,
la velocidad hubiese sido sacrificada, y ya que el tiempo era esencial, no
había otra opción más que usar pocas personas en esta expedición.
El
propósito de este viaje era llevar al ocupante del carruaje a un punto de
encuentro en el Archiducado Rinburuto, así que las ciudades grandes,
controladas por los Señores Feudales, tenían que ser evitadas. Por lo tanto, un
camino diferente que la carretera más rápida había sido elegido.
En
tal amino, uno tenía que ser vigilante de los monstruos inesperados y de
ataques de bandidos, así que los cincuenta hombres presentes fueron elegidos
como lo mejor de lo mejor.
A
pesar de eso, Lord Lendl no era descuidado en sus deberes y tenía a todos
manteniendo la velocidad actual por los últimos día y medio.
Dentro
del carruaje, una joven señorita estaba observando fuera de la ventana al
bosque y las nubes grises en el cielo mientras dejaba escapar un suspiro.
La
chica de dieciséis años tenía una apariencia vigorosa a pesar de ser la Segunda
Princesa del Reino de Rhoden, aun así, ella emitía una atmosfera elegante.
Juliana
intentaba calmarse a sí misma al jugar con el mechón de su cabello rubio
oscuro. Su criada, quien estaba lista en espera con una canasta de dulces,
llamó a la Princesa.
[Juliana-sama,
¿le gustaría algo para comer para calmar sus nervios? ¿O tal vez está usted
ansiosa por esta visita a Rinburuto?] Feruna
La
amiga de la infancia de Juliana y criada personal, Feruna, ofreció una genuina
sonrisa mientras la Princesa negó con la cabeza para rechazarla con una
expresión preocupada.
[Aunque
esta última visita ha sido guardada en secreto, no puede deshacerme de este
sentimiento de intranquilidad. Nuestra velocidad y distancia actual de nuestro
destino debería prevenir que cualquier perseguidor nos alcance, pero…] Juliana
Mientras
las dos estaban hablando, el cielo afuera del carruaje se oscureció hasta el
punto donde la caída de lluvia parecía ser inminente. Un vago sentimiento de
intranquilidad se arremolinó dentro de su pecho, mientras miraba al cielo antes
de cerrar sus ojos, cuando su vista de este empezó a empañarse.
En
ese momento, en frente del carruaje – gritos resonaron cuando la línea frontal
recibió disparos.
[¡¡Ataque
enemigo!!] Lendl
Al
lado del carruaje, Lendl inmediatamente tomó el mando de la unidad y les ordenó
estar en alerta máxima mientras el grupo era reorganizado.
La
unidad actuó como uno bajo las órdenes del líder y tomaron una formación
defensiva más cerrada con determinación en sus corazones.
Lendl
tomó la posición más al frente y miró a los enemigos en frente de ellos.
Incluso
después de dejar la capital en secreto, y viajar a velocidades vertiginosas,
una emboscada había sido preparada por adelantado. Había solo un pequeño número
de razones que podrían explicar esta situación.
Lendl
sintió irritación de sí mismo porque esto pasó, pero ahora no era el tiempo de
dejar que tales pensamientos nublen su mente.
De
una mirada era claro que los atacantes no eran simples bandidos, así que ellos
deben haber sido enviados por ya sea la facción del Primer o Segundo Príncipe.
Múltiples “Flame Bullets” de la escuela de magia de llamas fueron
simultáneamente lanzadas para atacar la unidad.
No
había manera de que simples ladrones estarían en posesión de más de una persona
capaz de usar magia.
[¡Los
enemigos son magos! ¡Detengan sus encantamientos! ¡Caballeros con escudos de
mithril den un paso adelante!] Lendl
Un
grupo de Caballeros prepararon sus escudos mientras daban un paso adelante
mientras tanto, la retaguardia empezó a mellar sus flechas. De repente, algo
hizo su camino a través de la unidad y se las ingenió para golpear a un miembro
de la retaguardia que había estado jalando una flecha.
Gritos
y disturbios corrieron a través de los soldados ante el repentino ataque
sorpresa, así que Lendl intentó reconstruir la moral con un grito ensordecedor.
Afortunadamente,
la flecha fue disparada desde las profundidades del bosque, así que esta había
sido disparada en una inclinación vertical y solo se las ingenió para golpear a
un soldado al final de la fila.
Casi
un centenar de personas aparecieron desde las profundidades del bosque.
Mientras ellos tenían la apariencia de ladrones, sus movimientos eran esos de
mercenarios entrenados.
[¡Treinta
hombres manténganse atrás en una formación defensiva más cerrada! ¡¡No dejen
que ningún canalla se acerque!! ¡Todos los demás formen una línea en frente del
carruaje! ¡Protéjanlo a cualquier costo!] Lendl
La
unidad empezó a dividirse a como se le ordeno.
Ellos
tenían una desventaja numérica, y debido a la amenaza de poderosos ataques
mágicos, la única estrategia viable era una carga frontal para conseguir el
carruaje a través del bloqueo.
Sin
embargo, los movimientos de algunos de los soldados eran más torpes que lo
usual, causando un retraso en la construcción de la formación.
Mientras
los guardias luchaban para formar dos escuadrones, el líder de mercenarios en
la retaguardia retorció sus labios en una sonrisa burlona.
[¡Disparen
las flechas una vez más!] Líder de Mercenarios
Cuando
el hombre dio su orden, hombres con arcos simultáneamente mellaron sus flechas.
Cuando
las flechas fueron disparadas, los Caballeros y soldados formaron una formación
defensiva de escudo alrededor del carruaje, previniendo cualquier herida fatal
fuese infringida.
Sin
embargo, los soldados que recibieron la descarga y sufrieron heridas habían
claramente perdido algo de movilidad y era seguro que la formación caería sin
la perfecta cooperación.
[¡¡Barran
las defensas!! ¡¡¡Nuestro objetivo es la vida de la Princesa!!!] Líder de Mercenarios
Ante
la segunda orden del hombre, los cien hombres de apariencia de ladrones dieron
un grito en alto espíritu mientras rompían en una carrera suicida. Los guardias
desesperadamente intentaron mantener la formación cuando colisionaron con los
mercenarios en este pequeño paso del bosque.
Mientras
los movimientos de los guardias se volvían más torpes, ellos empezaron a caer
uno tras otro y ellos ya no parecían como la elite que había sido elegida para
resguardar a la Princesa.
[Cox-sama,
¿Es obra suya los pobres movimientos de los guardias?]
Borane
El
líder de los mercenarios fue llamado por un muñón de un hombre que estaba
vestido en atuendos de un sacerdote. Ante el estado desvinculado de los
guardias, en el rostro del pequeño hombre flotaba una sonrisa no propia de un
clérigo mientras su asociado respondía su pregunta.
[Obispo
Borane, el secreto yace dentro de esto.] Líder de
Mercenarios
El
pequeño clérigo llamado Obispo Borane tenía cabello color negro sobre su
cabeza, una barba achaparrada, ojos afilados, y una vulgar sonrisa más adecuada
para un ladrón que para un sacerdote.
Pero,
la espada en su cintura y la armadura de cuero prístina amarrada alrededor de
su cuerpo eran artículos que los bandidos nunca podrían poseer.
El
Obispo Borane recibió una flecha que el hombre había extendido.
El
nombre del hombre era Cox Carlo De Brutus.
Él
fue el heredero del Ducado Brutus de las varias familias Ducales de Rhoden y
estaba siguiendo la estrategia de su padre, un miembro de la facción del Primer
Príncipe, había trazado para él.
La
flecha, la cual había sido entregada a él, parecía ser una flecha ordinaria
para el Obispo Borane, así que él miró a Cox para oír su propósito.
[Ves,
las puntas de las flechas están mojadas en veneno. Sin embargo, el veneno del
Gran Basilisco usado es un producto bastante difícil de conseguir. Aunque no
puede dar una muerte instantánea, este asegura que incluso los movimientos de
soldados de elite serán entorpecidos.] Líder de
Mercenarios
Cuando
Cox reveló el secreto, la expresión de Borane reflejó asombro genuino.
[¡Ja,
ja! Cox-sama parece estar bien preparado.] Borane
[Estás
solo estuvieron disponibles hace unos pocos días. Ya que había poco tiempo,
solo un pequeño número pudo ser preparado, así que una vez regresemos, me
aseguraré de preparar más.] Líder de Mercenarios
Mientras
los dos conversaban y reían, ellos centraron su atención en el colapso de la
formación defensiva y el hombre desesperadamente intentando hacer que el
carruaje se moviese hacia adelante.
Lendl,
el comandante de los guardias de dicho carruaje, miró a las figuras colapsadas
de sus hombres y podía solo maldecir la situación actual.
La
razón siendo que él nunca imaginó que la retaguardia de la formación defensiva
colapsaría.
Los
magos enemigos de hace un rato, ahora usaron la oportunidad para empujar los Caballeros
con escudos de mithril hacia atrás. Sin embargo, los magos se retiraron cuando
el escuadrón de emboscada de casi 50 hombres se acercó.
En
un santiamén, toda la retaguardia había completamente colapsado, dejando a los
guardias poco tiempo para actuar.
[Todos
los Caballeros restantes, preparen sus “Cristales Mágicos Explosivos”] Lendl
Los
Caballeros que habían estado bloqueando el asalto de los magos y los que habían
estado peleando contra los enemigos en la línea frontal, envainaron sus armas y
sacaron una esfera de un saco en sus cinturas.
Cuando
el enemigo vio este extraño comportamiento, sus ojos sobresalieron mientras se
precipitaban al presumiblemente grupo retirándose, resultando en el camino
siendo bloqueado y previniéndoles de ver más allá de las espaldas de esos en
frente de ellos.
[¡Bayataroo!
¡Retirada! ¡Retirada!] Mercenario
Ese
grito fue levantado cuando el enemigo intentaba atacar cuando ellos vieron lo
que Lendl estaba sosteniendo en su dirección.
[¡¡Fuego!!] Lendl
[Explota.
Mata a tus enemigos –] Guardias
Ante
la orden de Lendl, los Caballeros agarraron la esfera en sus manos y
simultáneamente hablaron la frase de activación para las herramientas mágicas.
Luego,
ellos procedieron a tirar las esferas en un arco, causando que estas
aterrizaran justo en frente de la formación principal del enemigo. Un momento
más tarde, un sonido ensordecedor y una explosión sacudió el área y mando a
volar unos pocos enemigos.
El
frente de la formación se desmoronó, dejando a los magos sin defensas cuando
Lendl tomó la oportunidad de montar su caballo a través de la apertura.
[¡Avancen
en un punto! ¡¡Posiciónense ustedes mismos en frente del carruaje!!
¡¡Síganme!!] Lendl
Cuando
Lendl dio la orden, él agarró el cuello del caballo y lideró la carga de
batalla.
Incluso
con el enemigo disparando “Fire Bullets” y “Rock Bullets”, él habilidosamente
se sumergió en las fuerzas enemigas con un escudo de mithril y una espada en
mano.
Mientras
cortaba sus oponentes desde su caballo, los Caballeros atrás de él siguieron su
ejemplo.
Cuando
un hoyo comenzó a formarse en la línea enemiga, un “Fire Bullet” golpeó el
suelo en frente del caballo de Lendl, causando que este relinchara y cayere,
tirando a Lendl en el proceso.
El
Caballero detrás del caballo en caída de Lendl rápidamente se apartó del
camino, mientras los enemigos descendían sobre la bestia caída y estocaban con
sus espadas en su estómago y garganta.
Lendl
intentó levantarse después de que él había sido tirado, pero su pierna rota le
impidió que se pusiese de pie.
Un
hombre que sostenía una lanza corta en frente del Lendl, quien forcejeaba, le
ofreció una vulgar sonrisa mientras estocaba su espada en el estómago de Lendl.
[¡¡Guha!!] Lendl
Mientras
tosía sangre, Lendl desesperadamente intentó mantener la consciencia mientras
sostenía su mano sobre su herida y miraba atrás al carruaje que contenía a la
ama que el debería proteger. Sus ojos reflejaban solo muerte, cuando un gran
hombre pretendiendo ser un ladrón a la fuerza abrió la puerta del carruaje.
El
hombre que abrió la puerta tenía una espada ensangrentada en mano, y estaba
intentando hacer un swing a la criada que se apresuró desde el carruaje con una
daga en mano. En pánico, el hombre lo bloqueó con su brazo izquierdo.
La
daga penetró profundamente el brazo izquierdo del hombre, y en su enojo, él
golpeó a la criada usando toda su fuerza.
[¡¡Maldita
mujer!!] Mercenario
El
cuerpo y rostro de la criada Feruna sufrió de lleno el asalto del hombre,
causando que ella cayese en el lugar incapaz de moverse.
Luego,
el hombre saco la daga que había sido enterrada en su brazo y a la fuerza
apuñaló con su espada el pecho de Feruna.
[¡Gaha!] Feruna
Su
consciencia rápidamente se desvaneció mientras sangre comenzó a juntarse dentro
del carruaje. El hombre procedió a patear a la criada fuera del camino.
[¡¡¡¡Noooooo!!!!
¡¡¡Feruna!!!] Juliana
Ante
la muerte de su amiga de la infancia y criada, a Juliana no le importó que su
lujoso vestido fuese ensuciado cuando ella intentó acunar el cuerpo de Feruna.
Sin
embargo, ella fue empalada por el hombre cuando él la apuñaló con la espada,
todavía cubierta con la sangre de Feruna, en el pecho de Juliana.
Su
rostro se puso lloroso y puso una expresión agonizante, su voz se rehusaba a
dejar sus labios y solo sangre se las arreglaba para salir
No
mucho después, sus labios perdieron todas sus fuerzas y ella quedó colgando de
la pared del carruaje, una confusión comenzó a filtrarse en la mente de la
Princesa y la pasión reflejada en sus ojos comenzó a parpadear.
Después
de que el hombre vio a su trabajo manual, él sacó la espada del pecho de la
chica y limpió la sangre con el vestido de la Princesa antes de envainarla. Él
entonces cuidadosamente removió un collar que colgaba del cuello de la
Princesa.
Él
salió del carruaje con el collar como si este fuese algo importante.
Cuando
la última resistencia de los guardias comenzó a apagarse, esta situación estaba
llegando a una conclusión.
Viniendo
desde atrás, Cox observó a los últimos pocos sobrevivientes de los guardias a
detalles antes de dar órdenes.
[Está
bien, ¡comiencen a actuar como bandidos! ¡Las cosas de valor tómenlas para que
sean agregadas a sus recompensas!] Líder de
Mercenarios
Ante
su orden, los soldados vestidos como bandidos, dejaron salir gritos de gozo
mientras empezaban a despojar a los guardias de todas las cosas de valor y
armas.
Mientras
miraba a los soldados con un poco de envidia, Cox se dirigió al pequeño hombre
de pie al lado de él, quien parecía estar inquieto por alguna razón.
[Obispo
Borane, ¿está todo bien?] Líder de Mercenarios
[¿E-
es eso así? No, tomaré su palabra en esto…] Borane
Cuando
el Obispo Borane estaba mirando a los hombres prepararse para buscar el botín
una expresión de alegría apareció en su rostro. De pie contiguo al obispo, él
pudo solo murmura silenciosamente “Que vulgar” para él mismo.
[Cox-sama,
el memorial de la Su Alteza Juliana.] Mercenario
Mientras
Cox estaba hablando con tal veneno, el hombre grande responsable por la muerte
de la Princesa se acercó y habló calmadamente.
El
hombre respetuosamente se arrodilló cuando él presentó el collar que él había
tomado del cuello de la Princesa hace unos pocos momentos.
[Aburrido.
La Princesa fue un ser tan decepcionante… Sin embargo, para traer consigo
cristales de magia explosiva. Los daños a nuestro bando fueron
considerablemente más fuertes gracias a eso.] Mercenario
Al
recibir el collar de su subordinado, los labios de Cox se retorcieron en una
sonrisa alegre.
El
collar era uno de los artículos que la última reina envió a sus hijas. En el
centro estaba una gran joya entrelazada en una flor dorada y la correa estaba
adornado con pequeñas gemas.
El
collar fue cuidadosamente envuelto en un paño de seda y puesto en su bolsillo
del pecho. Sin embargo, justo cuando Cox estaba a punto de dar la señal de
retirada.
[¡¡¡¡Gyaaaaa!!!!] Mercenario 2
Un
grito de muerte resonó en el área general donde los soldados recogían sus
trofeos de guerra.
Cuando
Cox volteó en la dirección de los gritos, él vio a un grupo de grandes lobos
blancos saltando fuera del bosque, y sus aterrorizados subordinados se
dispersaron en todas direcciones.
No,
la vista ante él era es de humanos volviéndose la presa.
Los
lobos gruñeron excesivamente, dándole a los hombres alrededor una mirada
cercana de sus colmillos antes de que los lobos fuesen por una mordida.
Aunque
los lobos eran de dos metros de altura, los lobos eran bastante ágiles, y sus
colmillos y fuertes mandíbulas serían el final de cualquier soldado que actuase
descuidadamente.
Los
magos intentaron contraatacar usando magia, pero los lobos detectaron el
peligro y no mucho después todos los magos habían sido cortados en pedazos.
Esos
quienes intentaron repelerlos con espadas encontraron que los cuerpos de los
lobos se disipaban cuando ellos eran heridos fatalmente antes de que las
cabezas de los soldados fuesen arracadas por detrás.
Las
personas que enviaron al grupo de Juliana al infierno no hace mucho estaban
ahora siendo llevados a su propio infierno.
[Haunting
Wolves…] Mercenario
El
hombre grande al lado de Cox dijo el nombre de los mensajeros del infierno en
asombro absoluto.
Oyendo
el nombre de los monstruos causó que la mente de Cox se reiniciase y él empezó
a dar órdenes.
[¡¡¡Todas
las tropas, retirada!!! ¡¡¡Reagrúpense en el punto de encuentro!!! ¡¡Unidades
pesadas, levanten sus escudos y tiren todos los demás suministros!! ¡¡Liberen a
los caballos como señuelos!!] Líder de Mercenarios
Los
soldados que oyeron las órdenes, se retiraron tan rápido como les fue posible.
La
unidad de Caballeros Pesados desmontó y removió su equipaje de sus caballos.
Después de azotar los costados de los caballos, los Caballeros sacaron un
escudo de sus sacos. Para aumentar la velocidad de la retirada, el pequeño
grupo de personas con grandes escudos se unió a la formación defensiva.
[¡¡Retirada!!
¡¡¡Retirada!!!] Líder de Mercenarios
Ya
que el tiempo era precioso y él todavía necesitaba sobrevivir, Cox dio la orden
de retirada una y otra vez.
[¡Maldición!
¿Cuántos de ellos hay?] Mercenario 3
Uno
de los soldados, quien se las había ingeniado para sobrevivir hasta ahora, fue
atacado por quince Haunting Wolves, pero era desconocido cuantos eran reales.
[He
oído que los Haunting Wolves pueden controlar dos o tres ilusiones al mismo
tiempo. Aunque tal vez ellos pueden hacer cinco o más…]
Mercenario 4
Cox
dejo salir una maldición cuando uno subordinado cercano ofreció sus
pensamientos sobre el asunto.
Sosteniendo
escudos mientras se retiraban, los pocos que se las arreglaron para escapar de
las garras del dios de la muerte estaban formando un gran grupo recordativo de
su actual unidad militar. Las expresiones de alegría que ellos tenían mientras
cazaban por tesoros estaban ausentes ahora.
En
cuanto a los Hauting Wolves, estos dejaron los cuerpos alrededor del carruaje
solos ya que estos no estaban mostrando ninguna señal de vida.
No
mucho después, el lugar ya no podía ser reconocido como un lugar donde una
emboscada tomó lugar. Una vez ellos se retiraron del bosque, la tensión
finalmente se rompió, causando que los soldados colapsaran uno tras otro.
Cox
suspiro cuando la fatiga finalmente lo sobrepaso y los sentimientos de tensión
que él había estado sintiendo se redujo. Él volteó para mirar a los restantes
de sus tropas.
Sin
embargo, él podía solo maldecir y suspirar otra vez ante el hecho de que la
batalla con los guardias y el ataque de los Haunting Wolves le había costado
más de la mitad de sus hombres.
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