Cuando
llamé a Ponta, quien estaba saciando su sed en la orilla del río, ella hizo su
camino hacia mí mientras rugía alegremente. Mientras esperaba con una de mis
rodillas ligeramente hacía afuera, ella la usó para brincar hasta mi hombre
antes de finalmente acomodarse ella misma en su posición habitual sobre mi
cabeza. Saqué y pelé algunos de los pistachos de mi bolsa, resultando en ella felizmente
meneando su cola.
Después
de caminar a través de la sección poco profunda del río, entré en el bosque en
la orilla opuesta.
Desde
este punto en adelante, estaba en el dominio de los elfos. Sin embargo, la
atmosfera en el bosque era algo menos sombría. Más bien, con los rayos de sol
filtrándose a través de las copas de los árboles, se sentía placentero.
Sin
embargo, no había manchas de sangre en este lado.
En
vez de eso, había señales de que alguien había caminado por esta área. ¿Era
posible que la persona fuese herida cuando cruzaba el río, resultando en que la
sangre solo aparezca en la orilla opuesta?
Esto
podría significar que los supuestos bandidos consideraban esta área peligrosa.
Si
ese es el caso, entonces, incluso si busco cuidadosamente en esta área, sería
irrazonable para mí ser capaz de encontrar señales adicionales para proseguir.
Parecía que podría buscar firmemente a pie.
Ya
que el tiempo no era realmente un problema, relajadamente caminé a través del
bosque con Ponta. Ocasionalmente, un cierto tipo de nuez captaba la atención de
sus ojos; después de usar magia de viento para recuperarlas de los árboles,
ella las disfrutaba sobre mi cabeza.
No
mucho tiempo después, la luz del sol comenzó a desvanecerse, gradualmente
tiñendo el bosque con un rojo carmesí. Fue en ese momento que nos encontramos
ante lo que parecía ser un sendero de montaña. La anchura era a lo máximo capaz
de acomodar un solo carruaje. La maleza estaba cortada a tal punto que podía
casi ser considerado como un camino.
El
camino se extendía hacía la dirección noreste y suroeste.
Ya
que ya estaba oscureciendo, me dirigí en la dirección suroeste, hacía donde la
salida del bosque podría estar. Desde mi cabeza, los bostezos de sueño de Ponta
podían ser oídos periódicamente.
Más
hacia abajo en el sendero, oí el sonido de armas chocando entre sí.
Dejé
el sendero, moviéndome silenciosamente a través de los arbustos mientras me
acerba a la fuente del ruido. Había un vagón con un pequeño grupo de personas
contiguas a este, sus armas blandidas y sus rostros cubiertos con miradas
amenazadoras.
La
personas rodeando el vagó tenían el mismo manto discretamente coloreado, sus
armas y escudos levantados en formación para proteger el carruaje. Ellos
claramente eran excesivamente diferentes comparados con un grupo normal de
bandidos con equipos incompatibles.
El
vagón estacionado un poco hacía atrás de ellos, estaba cubierto con una lona de
tela, escondiendo su contenido. Sin embargo, sentí señales de vida en el
interior del carruaje; debe haber personas escondidas dentro.
Un
hombre delgado al lado del vagón blandió su espada, pero a diferencia de los
guardias en frente de él, la espada temblaba en sus manos mientras la jalaba
desde su cintura.
Los
cuerpos de tres hombres cubiertos con flechas rodeaban el vagón. Ellos parecían
ser víctimas de un ataque sorpresa.
Entre
los hombres con fervor incrementado cerca del frente, un hombre quien tenía una
buena constitución física dejó salir un gemido de dolor antes de caer al suelo.
Mientras caía, noté la figura del agresor retirando su espada antes de
vigilantemente observar sus alrededores.
De
un vistazo a la hermosa mujer, quien estaba de pie ahí mientras blandía una
delgada espada, era claro que ella no era humana.
Su
piel color lila era lisa cristal; su cabello largo, blanco como la nieve. Sus
orejas puntiagudas complementaban sus agudos ojos, los cuales brillaban con un
extraño color oro en la oscuridad del bosque. Comparada con el elfo que había
previamente visto, sus orejas también eran cortas.
Ella
estaba vestida con un vestido de manga larga con una modesta extensión en el
dobladillo que le permitía gran maniobrabilidad. Un corsé de cuero servía como
un equipo de protección, mientras un manto gris revoloteaba en el viento detrás
de ella.
Su
porte era una reminiscencia de un guerrero veterano.
Sin
embargo, un maravilloso encanto femenino irradiaba desde su cuerpo envuelto en
ropas sencillas. La tela en su pecho amenazaba con abrirse abruptamente en
cualquier instante bajo la presión de su abrumador bulto. Por debajo, una
delgada cintura acentuaba sus elegantes piernas y tonificado trasero.
Si
una persona fuese capaz de privar a sus ojos de su hermosa figura ya sea por un
segundo, entones, sería capaz de notar la brillante espada plateada en su mano
que ferozmente sobresalía, cayendo sobre fuertes hombres uno tras otro.
Ocasionalmente,
había hombres quienes intentaban rodearla, pero ellos retrocedían después de
recibir las flechas disparadas desde una posición más atrás de ella.
Mientras
usaba las gruesas ramas del árbol grande como asidero para el pie, y el tronco
como un substituto de escudo, el arquero, quien tenía los mismos rasgos como la
persona que vía cerca de Diento, continuaba disparando flechas.
Con
su cabello rubio teñido de esmeralda, ojos color de jade, y largas y
puntiagudas orejas, junto con una constitución esbelta, él era, sin ninguna
duda, un elfo. Sin embargo, este elfo parecía ser una persona diferente de la
que vi cerca de la ciudad.
Los
dos atacaban a un grupo de alrededor de veinte personas. Ellos eran lo
suficientemente habilidosos en batalla que fácilmente superaban la desventaja
de números. Mientras Ponta y yo observábamos silenciosamente desde un arbusto,
preguntándonos si, después de unos pocos minutos, la batalla concluiría, oí a
un hombre maldecir cerca de la retaguardia del grupo. Luego, él empezó a correr
hacía el vagón.
Después
el hombre arrancó la lona cubriendo el vagón, él apuntó su espada hacía uno de
los atacantes mientras les gritaba.
[¡¡Mujer!!
¡¡Ríndete obedientemente!! De otra manera, ¡¡cubriré sus cuerpos con hoyos!!
¡¡Ese elfo allá atrás también!!] Hombre
Con
venas sobresaliendo y saliva saliendo expulsada de su boca, el hombre gritó.
Su
espada fue dirigida hacía la jaula de hierro dentro del vagón, donde cuatro
niños estaban encerrados. Con cabello rubio, ojos esmeraldas, y largas orejas,
ellos eran elfos.
Los
niños, probablemente temerosos de la espada apuntando hacia ellos, dejaron
escapar sollozos ahogados a través de sus mordazas. Al mismo tiempo, más lágrimas
se reunían en las esquinas de sus ojos.
Cuando
la mujer detuvo su espada en consideración de la amenaza, los hombres alrededor
de ella, dejaron salir suspiros de alivio. Simultáneamente, ellos comenzaron a
gradualmente encoger su cerco.
[¡Maldición-!
¡¡Estos humanos sin vergüenzas!! …¡¡En vez de someterse a ti y resistir la
humillación por el resto de nuestras vidas, las personas del bosque
preferiríamos morir orgullosamente!!] Mujer Elfo
Junto
con sus gritos, la punta de su espada subió nuevamente. Un odio y enojo más
intenso destellaba desde sus ojos. La presión del aura oscura ahora rodeándola,
causó que los hombres acercándose dudaran.
El
elfo situado en el árbol meditaba sobre que debería hacer y no levantó su arco.
En esta situación, era obvio que algunos de los elfos rehenes se volverían
sacrificios.
Podría
ser la naturaleza de un hombre indefenso el quererse acercar más, aunque sea
solo un poco, a esa hermosa mujer con piel de color lila.
[Hmm,
parece que estás en una situación complicada. Permíteme darte una mano.] Arc
En
esta volátil atmosfera, después de poner a Ponta de sobre mi cabeza en mi
cuello y volviéndola una bufanda para su seguridad, me acerqué al hombre
contiguo al vagón mientras grité en un tono inocente.
Por
un momento, solo el aire alrededor susurraba.
Si
un Caballero plateado, quien viste un manto negro de repente emerge de la
espesura del bosque, por supuesto que cualquier lo encontraría sospechoso. El
hombre, quien la amenazó hace poco, parecía estar perdido en pensamientos.
[¿Dar
una mano? Prestar…] Hombre
Con
una expresión confundida, que parecía estar meditando algo, él murmuró bajo su
respiración.
Cerré
la distancia hacía el hombre fuera de guardia, quien parece que podía tomar una
decisión.
Aunque,
podría simplemente haberme transferido para acortar la distancia, estaba dudoso
revelarlo sin pensar en frente de tantas personas. Era una situación delicada,
ya que todavía era desconocido si derrotar o no a los secuestradores crearía
una oportunidad para formar una amistosa relación con la gente del bosque.
[¡Es-está
bien! ¡Te recompensaré generosamente si puedes capturar a ese elfo oscuro! Sin
embargo, ¡¡¡asegúrate capturarla viva!!!] Hombre
[¡¡Qué!!
¡¡Qué diablos estás pensando!! No podemos confiar en tal sospechosa persona;
¡¡estás loco!!] Hombre 2
Cuando
el hombre, cuyo tren de pensamiento deben haber estado completamente erróneo,
gritó tales palabras como si fuesen buenas ideas, uno de los miembros de su
grupo protestó. Como era de esperarse, todavía había al menos una persona quien
era capaz de pensar racionalmente en esta situación.
[Molesto,
tan molesto, ¡¡solo cállate!! ¡¡Ustedes montón de inútiles son tan
incompetentes que no pueden incluso superar a una mujer!! ¡¡Captúrenla rápido!!
¡¡No podemos dejar a tan preciosa y rara especie escapar!!] Hombre
Este
grupo parecía ser capaz, así que, ¿cómo tan incompetente persona estaba
mezclada junto con ellos? Me pregunto ¿quién es el líder de este grupo de
secuestradores? Aunque, en este punto, supongo que no importa…
Así
que, ella es aparentemente un elfo oscuro, ¡huh!… Sus rasgos si difieren
considerablemente de aquellos de los de un elfo. Aunque, en el juego, los elfos
oscuros tenían orejas largas en vez de cortas, junto con ojos rojos y piel
morena oscura; sus rasgos en este mundo parecían ser bastante diferentes.
Además,
considerando que ellos eran una especie rara, sus números eran probablemente
bajos.
Mientras
pensaba tales pensamientos irrelevantes, cerré la distancia hacia el
incompetente hombre hasta cierto punto. Incluso con mi armadura de cuerpo
completo, gracias a mi actual cuerpo grandemente mejorado, fui capaz de cubrir
la distancia en un parpadeo.
Blandí
mi espada y acuchillé su brazo – el que había usado para blandir su espada hace
poco. Como si no pudiese entender lo que acababa de pasar, él tenía una
expresión estupefacta en su rostro mientras tomaba su último aliento. Después
de que su cuerpo superior cayese, la flácida parte inferior golpeó el suelo y
salpico su inmundicia sobre los pantalones bien adaptados.
Todos
estaban aturdidos ante la vista que acababan de presenciar. Sin embargo, al
momento siguiente, la elfo oscuro recobró sus sentidos.
Mientras
todos los demás todavía estaban distraídos, ella tomó la oportunidad para
reducir a tres hombres.
Un
hombre intentó recobrar su postura, pero antes de que él fuese capaz de
hacerlo, corrí hacía él y lo partí en dos con un alto blandir de mi espada,
como si me estuviese preparando para filetear un pescado. Pánico puro y terror
dominó a los hombres mientras gritos llenaban el aire.
Flechas
por encima, cortesía del elfo en el árbol, mataba uno a uno a todos aquellos
que intentaban escapar.
En
cuestión de minutos, quietud descendió sobre el claro, con solo los sonidos de
los insectos y el crujir de las hojas rompiendo el silencio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario